La recomendación es que la dosis extra se aplique solo a personas inmunodeprimidas mayores de 18 años y a la población de la tercera edad. Sin embargo, la Sociedad Brasileña de Inmunología dice que la prioridad sobre la cobertura de vacunación es realizar el régimen básico, con las 2 dosis iniciales o una sola dosis, más la dosis de refuerzo.
La cuarta dosis sólo debe validarse en situaciones excepcionales, es decir, en lugares con alta cobertura de población adulta con tres dosis.
Expectativas para el futuro
En consulta con el infectólogo del Hospital das Clínicas de la Universidad de São Paulo, Evaldo Stanislau, la explicación es que la cuarta dosis se ha mostrado importante en situaciones específicas, en el caso de pacientes inmunodeprimidos y ancianos, aumentando la protección de estos grupos.
Si hay suficientes dosis disponibles, la cuarta dosis se puede administrar a los profesionales de la salud que trabajan en la primera línea de la lucha contra el virus. El médico hace un apéndice advirtiendo que hay “otras cuestiones en juego cuando se habla de una cuarta dosis para toda la población”.
El problema radica en mirar solo el suministro de vacunas. Es necesario prestar atención al hecho de que, incluso si algunos estados o ciudades se han abastecido, primero se debe considerar la equidad de vacunas dentro del país y a nivel mundial.
Conservación de las vacunas y su eficacia
En el escenario de la pandemia, donde las vacunas y su efectividad son el centro de las noticias, además de estar atentos a los cambios en el calendario de vacunación, es igualmente importante que se consideren otros factores. Es importante que los sectores público y privado cuiden las medidas de almacenamiento y conservación adecuadas, porque fuera de estas condiciones, los inmunizantes pierden su eficacia.
Cuando una vacuna se expone a temperaturas fuera del rango indicado (+2°C y +8°C), es decir, cuando se rompe la cadena de frío, ya no es posible garantizar que esa vacuna tendrá la eficacia propuesto por el laboratorio. Esto significa que la vacuna no protegerá contra cierta enfermedad como esperamos. Además, una ruptura en la cadena de frío también aumenta la posibilidad de reacciones adversas, en caso de que esta vacuna se use en algún paciente.
Las condiciones ideales de temperatura están en el rango de temperatura entre 2ºC y 8ºC para que se mantengan las características de integridad e inmunización de las vacunas. Tales condiciones son posibles con el uso de cámaras de conservación científica, equipos registrados en el Ministerio de Salud/ANVISA, que cumplen con todos los requisitos tecnológicos y legales para el correcto almacenamiento de las dosis.
Fuente: Veja Saúde.